Queremos dispositivos que sean fáciles y baratos de reparar. Europa tiene que intervenir.
Las empresas han dificultado y encarecido la reparación de los dispositivos. Y nosotros, los consumidores, pagamos el precio. ¿Por qué es más barato comprar un teléfono nuevo que sustituir una pantalla rota? ¿Por qué no podemos cambiar la batería en lugar de comprar una nueva tablet?
Esto tiene que cambiar. La reparación debería ser la opción más fácil y barata. Mejor para tu cartera y mejor para el medio ambiente.
La Comisión Europea está dispuesta a lanzar un índice de reparabilidad. Una etiqueta obligatoria en toda la UE que calificará un producto en función de su reparabilidad. Es un buen comienzo, pero en la etiqueta seguirá faltando un dato crucial: el precio de las piezas de recambio.
Necesitamos saber cuánto nos puede costar una reparación. Si la reparación es fácil, pero las piezas son caras, tenemos derecho a saberlo antes de comprar.
El índice de reparabilidad en la UE sólo calificará los productos en función de
Si la Comisión Europea no incluye el precio de las piezas de recambio, el índice de reparabilidad corre el riesgo de convertirse en una etiqueta inútil. ¡Únete a nosotros para pedir a los legisladores de la Comisión Europea que la incluyan de una vez por todas!
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