Paremos el greenwashing que supone incluir el gas y la energía nuclear en la taxonomía

1. La energía nuclear no es sostenible, tiene riesgos y supondrá una carga para las futuras generaciones

La energía nuclear tiene sus riesgos, como demuestran los gravísimos accidentes de Fukushima y Chernobyl. Los residuos nucleares son peligrosos para las próximas generaciones. La extracción y trituración del uranio, así como el almacenamiento y la eliminación de los residuos radioactivos de alto nivel y del combustible usado, no respetan el requisito legal de la taxonomía de evitar daños importantes a cualquier objetivo medioambiental. Como se demuestra en este estudio, no hay ninguna base jurídica para incluir la energía nuclear en la taxonomía de la UE.

Las inversiones en energía nuclear perjudican las inversiones en medidas de eficiencia energética y de la implantación de las energías renovables, como la eólica y la solar, que permiten reducir de un modo mucho más rápido las emisiones de gases de efecto invernadero. Incluso la clasificación de las finanzas del Gobierno francés, claramente pronuclear, no considera la energía nuclear como una inversión sostenible.

2. Los gases fósiles son un asesino climático

Las nuevas inversiones en actividades fósiles, como las centrales eléctricas alimentadas por gas, son incompatibles con el objetivo de alcanzar la neutralidad en materia de emisiones de carbono en 2050, tal como han confirmado recientemente el PNUMA y la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La AIE señala que debemos detener las inversiones en combustibles fósiles a partir del año 2022 para mantener el objetivo de limitar a 1,5 grados el aumento de la temperatura.

Es incoherente incentivar las inversiones privadas en gas cuando al mismo tiempo la UE requirió, de forma acertada, el final de las ayudas a los combustibles fósiles en la COP26.

3. Nos hace más dependientes de la importación de combustibles fósiles

Al invertir en gas y energía nuclear, nos volvemos más dependientes de la importación de combustibles fósiles procedentes de regímenes controvertidos. En 2019, el 41 % de nuestras importaciones de gas natural procedieron de Rusia. En 2020, los países de la UE importaron el 60 % de su uranio, un combustible fósil utilizado en las centrales nucleares, de Níger, Rusia y Kazajistán. La inversión en energías renovables es el mejor modo de obtener seguridad energética, sostenibilidad medioambiental y precios asequibles.

4. Ralentiza nuestra transición energética bloqueando las energías renovables, que son limpias y baratas

La electricidad procedente de las energías renovables ya es más barata que la energía nuclear y el gas, algo que sucede con mayor frecuencia. Las energías renovables son cada vez más baratas, mientras que la energía nuclear y el gas son cada vez más caros. La energía nuclear y el gas generarán unos costes en electricidad más elevados para los consumidores privados y las empresas.